No se puede ir pregonando,
un amor no correspondido,
ni se puede querer ver,
en el reflejo que no es nuestro.
No se puede presumir,
de lo que no se tiene,
ni sufrir por lo insufrible,
ni obligar a nadie,
a aceptar un amor
si no es sentido.
Así es el amor,
va y viene,
pregonando felicidad,
pregonando dolor,
lo que hoy puede ser dichoso,
mañana en lágrimas se vuelve.
Hoy sólo decidí vivir,
porque mis ojos vieron,
el dolor de mi alma.